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Son muchos los inmigrantes que han logrado el éxito en los Estados Unidos, con la ayuda de una visa de trabajo o green card. Para investigadores y profesionales, promesas en áreas como la tecnología; una visa O1, HB1 o una E1 pueden ser el aliado ideal para realizar sus sueños en Norteamérica. Tal es el caso de Yasaman Hashemian, una iraní, que gracias a sus aportes recibió el premio Vilcek como promesa creativa en el diseño para el año 2014.

Yasaman Hashemian creció en Irán, un país donde el sistema educativo no era precisamente muy divertido. No se aprendía jugando, ni el estudiar era sinónimo de alegría. Debido a esto sus padres decidieron darle un poco de dinamismo a sus estudios y continuamente incentivaron en ella actividades al aire libre, arte, artesanías, ejercicios, opciones que le permitieron crecer en un ambiente creativo y trabajar en equipo. Todo esto serían las bases para su futuro laboral.

Ingresó a la Universidad de Tabriz pero pronto se dio cuenta que las opciones eran limitadas: Si bien aprendió sobre la programación y creación de gráficos digitales, sentía deseos de aprender algo más, de tener un poco más de interacción. Motivada por esto se convirtió en maestra y entrenadora de niños; junto a ellos se llenó de nuevas perspectivas para comprender el mundo. Deseaba enriquecer la vida de esos niños acercando la tecnología a ellos, haciéndola accesible.

Yasaman comenzó a perfilar su futuro y tomó como destino un país al que junto a sus padres visitaba en vacaciones, los Estados Unidos. Sabía que no sería sencillo y que no se sentía preparada para todo el proceso de ser inmigrante y convertirse en residente, pero sospechaba que valdría la pena.

Para 2008, aplica en el programa MFA de la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California.

Fue profundizando sus estudios sobre el diseño, desde  la práctica al diseñar un juego de mesa para la narración transmedia, hasta la aplicación de tecnologías emergentes.

Todos los proyectos del Creative Media & Behavioral Health Center donde participó, dejaron en ella aprendizajes importantes. Usó sus raíces y recuerdos para inspirarse. Por ejemplo, en Irán el comer es fundamental, en especial para una familia sana y unida; esto la motivó a sacar adelante el juego Virtual Sprouts, dirigido a la población hispana de bajos recursos; a través de él, se les enseña de una forma interactiva,  a aprender a cambiar los hábitos alimenticios, mejorarlos y prevenir la obesidad. 

Hashemian también colaboró con el Enchanted Garden, un juego táctil diseñado para introducir a los niños pequeños a conceptos simples sobre la visión; un juego de mesa que ayuda a comunicar cómo el desarrollo del cerebro se ve afectado por los genes, medio ambiente y el comportamiento.

Hasta la fecha, uno de sus proyectos más ambiciosos es el juego protagonista de su tesis: Adventurous Dreaming Highflying Dragon. El juego, todavía en prototipo, se basa en la evidencia de la investigación que muestra que la actividad física puede ayudar a mejorar los síntomas de los niños con Trastornos de Déficit de Atención e Hiperactividad.


Hashemian planea con el tiempo, iniciar su propia empresa, donde desea emplear sus habilidades de diseño y su experiencia para “crear trabajos artísticos prácticos que todos puedan usar y disfrutar”. Para ella, mientras los niños crezcan con un entorno que les proporciona creatividad, libertad y realización, un  futuro mejor estará asegurado para la sociedad.